Nota de Vredondof : aunque esta localidad pertenece a La Cabrera y puede haber gente que considera que La Cabrera no es parte del Bierzo , para mi si es parte del Bierzo , y en este caso mas , ya que su CONEXION con las MEDULAS es EVIDENTE.
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FULGENCIO FERNÁNDEZ LLAMAS.— «Son impresionantes. De primer orden mundial pero sobre todo son únicas en que se conservan exactamente igual que las dejaron los romanos, no se percibe la mano del hombre con posterioridad por ninguna parte». Así de contundente se muestra el ingeniero de minas leonés Roberto Matías, un gran experto en todo lo relacionado con la minería antigua en León pero, sobre todo, la romana. Y a la mina que se refiere es a una que él mismo ha 'redescubierto', pateado y documentado, desconocida y olvidada hasta sus investigaciones, en la localidad de Llamas de Cabrera. En este lugar ya estaba documentada mucha herencia romana, con minas 'a cielo abierto', canales, etc., pero a la que se refiere Roberto Matías es a una 'mina interior', que completa los conocidos trabajos superficiales realizados con la conocida técnica del 'ruina montium'. «Ahora sabemos que la explotación se realizó mediante técnicas de minería hidráulica superficial combinadas con importantes trabajos de minería subterránea. El objetivo de estas antiguas labores mineras fue el oro presente en los filones de cuarzo de un yacimiento desconocido hasta esa fecha, tanto en el ámbito geológico como en el de la arqueología», señala Matías, que data los primeros indicios de este hallazgo en unos trabajos realizados en el año 2002 con la asociación Pro Monumenta, a la que se ha vuelto a incorporar y a la que 'agradece' el origen del hallazgo haciendo de cicerone en una visita guiada que hoy mismo están realizando un buen número de sus miembros a esta explotación, que se completará con un recorrido por los canales. Matías señala que estamos ante un gran complejo minero, pues «la infraestructura hidráulica construida para el desarrollo de las explotaciones mineras de Llamas de Cabrera consta de nueve depósitos de almacenamiento y distribución de agua, además de seis canalizaciones propias, con más de 26 km de recorrido, de los que se ha efectuado el análisis detallado de la topografía y las características hidráulicas de los canales de abastecimiento con resultados sorprendentes en cuanto a los datos de nivelación y caudales aportados». Incide Roberto Matías en la espectacularidad de las galerías, en las evidencias de los trabajos, propiciadas por su excelente conservación, gracias a que el hombre no puso allí su mano en siglos. «Con posterioridad a los trabajos de superficie, en un amplio sector del yacimiento fueron realizadas más de 20 labores subterráneas que superan en muchos casos los 50 metros de profundidad, conformado un conjunto estructurado de pozos y galerías que se concentran principalmente en el paraje conocido como 'La Casarina', en una ladera de la montaña a lo largo de 350 metros de desnivel. Tanto en los pozos inclinados como en las galerías transversales se conservan gran número de lucernarios, así como las huellas de los útiles metálicos utilizados para trabajar la roca, pudiéndose apreciar también en algunos puntos de estas galerías las cunetas de desagüe y el pulimento del suelo como consecuencia del tránsito de los mineros. No se han encontrado vestigios apreciables de otros trabajos de origen moderno». Lo que le lleva a la conclusión de que «son a día de hoy la principal evidencia de la utilización intensiva de minería subterránea en un yacimiento aurífero primario del territorio Astur durante la época romana. Su excelente estado de conservación y el hecho excepcional de que no ha habido trabajos mineros posteriores hacen de este complejo minero un lugar de referencia a nivel mundial sobre la minería aurífera romana». Roberto Matías ha realizado durante años un ingente trabajo de documentación e investigación en esta explotación, un trabajo que siempre ha 'ofrecido' a estudiosos e instituciones a través de numerosas publicaciones y realizando las tareas de 'argumentación' para que todo el complejo de Llamas de Cabrera, tanto el de cielo abierto como el subterráneo, sea declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León. |
«Están exactamente igual que las dejaron los romanos»
F. FERNÁNDEZ
LLAMAS DE CABRERA.— «Su estado de conservación la hace única, pero todo el complejo minero romano es impresionante». Roberto Matías reconoce que ha sido increíble que aquella impresionante mina subterránea haya llegado a nuestros días «exactamente igual que las dejaron los romanos pero no es éste, ni mucho menos, su único atractivo, aunque es una ayuda fundamental para realizar ahora todo tipo de estudios».
Muchos de estos estudios ya los ha realizado Roberto Matías, que abandonó su puesto de profesor de la Universidad de León para tener más tiempo para estas investigaciones y ha dedicado muchas horas al complejo minero de Llamas de Cabrera y, especialmente, a las labores subterráneas.
En La Casarina. Fruto de estos años de trabajo —los primeros indicios de la existencia de esta mina son de 2002— el ingeniero leonés ha documentado que «se ha reconocido la existencia de más de 20 labores subterráneas que se localizan en el sector llamado precisamente 'La Mina', por su importancia, coincidente con el paraje de 'La Casarina'. Los trabajos mineros comienzas ya en superficie (sobre los afloramientos de los filones) y continúan selectivamente en profundidad aprovechando las zonas más ricas, dando como resultado unas labores descendentes, en ocasiones estrechas que se adentran vertiginosamente hacia el interior del terreno con pendientes de entre 35 y 45 grados, y que, como consecuencia del vaciado progresivo en profundidad del filón, dan lugar a chimeneas de apariencia vertical».
Las explotaciones aparecen entre las cotas 1000 m y 1350 metros, introduciéndose algunas de las labores subterráneas en la parte Norte de 'La Corta'. Se registran también varios más en la zona del 'Zanjón', en la que destaca la gran excavación de 50 metros de longitud, entre 3 y 4 metros de anchura y más de 15 metros de profundidad.
Las propias labores van construyendo un complejo entramado de galerías. «Los frentes de explotación de los filones de cuarzo se encuentran comunicados con el exterior mediante varias galerías transversales para facilitar la extracción del mineral aurífero y también la salida del agua. Estas galerías son de tamaño reducido (1 x 1,70 m) y cortan casi perpendicularmente los filones mineralizados a distintos niveles, comunicándolos entre si».
También ha documentado que «el desaguado de las labores subterráneas, imprescindible en época de lluvias o en caso de cortar alguna corriente de agua, se realizaba por las galerías transversales mediante un simple pero efectivo sistema de cunetas a favor de la pendiente de su trazado, que se conserva muy visible en el suelo de algunas galerías».
Así fue 'creciendo' por las entrañas del monte un aparentemente complejo, pero muy lógico, sistema de galerías y depósitos de acumulación y distribución de agua, un elemento fundamental en estos trabajos, junto al fuego.
Las herramientas. Otro de los aspectos que ha investigado Matías son los útiles de trabajo. «Las herramientas para abrir las galerías y pozos fueron martillos y picos de hierro, cuyas huellas se aprecian con toda claridad en la roca fresca de techos y hastiales. Observando cuidadosamente el trazado de los trabajos, resulta evidente que los mineros aprovecharon en todo momento tanto la fracturación como la estratificación del terreno para abatir la roca, en una clara economía de esfuerzos». También concede especial importancia a la utilización del fuego. «No se ha apreciado la existencia de cenizas o zonas ennegrecidas; tal vez por el paso del tiempo pues la presencia de superficies abovedadas en el cuarzo de los filones parece indicar el uso habitual del fuego en la labores de extracción».
También 'han sobrevivido' y se pueden observar repartidos por todas las labores subterráneas, tanto horizontales como descendentes, la mayoría de los lucernarios utilizados para sostener las lámparas de iluminación (lucernas), consistentes en pequeñas oquedades excavadas en la roca. «Los lucernarios de las galerías generales tienden a situarse sistemáticamente a una altura entre 1 y 1,35 metros, con separaciones horizontales muy variables que van desde los 20-30 cm hasta 80-100 cm, las cuales podrían marcar las jornadas o turnos de trabajo de los mineros».
Sobrevivieron a Las Médulas. El complejo de Llamas guarda una importante relación con la cercana explotación de Las Médulas ya que los trabajos de esta mina rompieron por completo la red hidráulica de la berciana, por lo que está claro que la extracción de mineral en Llamas continuó tras la paralización de Las Médulas y se convirtió en la mayor explotación aurífera subterránea romana en el territorio Astur.
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Las 'pequeñas Médulas' suman otro aliciente y esperan su declaración BIC
LLAMAS.— La Cabrera en geneal, y Llamas en particular, han dado un nuevo paso para convertirse en un foco de atención a la hora de hablar de la minería romana, un campo en el que no está todo escrito, ni mucho menos.
Los vestigios de estos trabajos son evidentes. A lo largo de toda la ribera del río Cabrera, desde su confluencia con el arroyo de Valdecorrales hasta prácticamente su desembocadura en el Sil, pueden apreciarse en muchos lugares signos evidentes de trabajos mineros sobre las terrazas del río, así como otros trabajos de minería hidráulica. Destacan las de Pombriego y Santalavilla. «La procedencia principal del oro de estos aluviones parece ser el yacimiento de Llamas de Cabrera, puesto que aguas arriba de la confluencia del río Cabrera con el arroyo de Valdecorrales no se registra la existencia de trabajos mineros en los aluviones del río, verificándose sin embargo una inusual concentración de los mismos aguas abajo». Señala Roberto Matías que los únicos trabajos posteriores que se han hecho en estas comarcas fue durante 'la fiebre del wolfram', en la Guerra Mundial, pero no se encontró este mineral y lo abandonaron.
La minería romana a cielo abierto fue en la comarca de Llamas muy importante, más que la subterránea, aunque tal vez menos espectacular en sus vestigios, aunque son realmente espectaculares las cortas a cielo abierto sobre filones alterados, que arrojan un volumen de materiales removidos en conjunto superior a 500.000 metros cúbicos. Todo ello ha supuesto también una importante red hidráulica, con aprovechamiento directo de los arroyos o la utilización de canales de abastecimiento y depósitos de distribución estratégicamente situados a diferentes alturas. De los once canales romanos constatados en las laderas de la margen izquierda del Valle Airoso, los canales 1 al 5 pertenecen a la red hidráulica de Las Médulas, correspondiendo los seis restantes a la infraestructura hidráulica de la mina de Llamas.
Un mundo apasionante del que se conocerán nuevos hallazgos.
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Publicado por Vredondof para Patrimonio Industrial Minero del BIERZO el 11/18/2007 12:43:00 PM