De borrico a borrica
Lea 'El Contraverano' de Paco Vilariño.
"A Ponferrada yo voy // a caballo en mi borrica..." así se canta en el himno de la Virgen de la Encina, la Morenica, patrona de la comarca natural del Bierzo y de la ciudad de Ponferrada. Y, efectivamente, el cronista ha salido huyendo despavorido de la tradicional carrera de burros (un clásico de las asnalidades) que todos los años celebra, durante su Fiesta Mayor, su Escairón residencial. Hoy toca cultura por un tubo, dicho sea por seguir la moda itinerante de estos últimos tiempos. Auténticos (y auténticas) analfabetos/as funcionales, calzones cortos, chancletas, botella de agua en mano, hacen ver que se pirran por la cultura y se pasan por el forro las prohibiciones de hacer fotos digitales con flash. Lo que no aprendieron en la escuela y en los documentales de La 2, quieren absorberlo de una sola tacada en un par de horitas de mañana agosteña.
Es martes, estamos en Ponferrada, uno de los hitos del Camino de Santiago. La antigua Pons Ferrata, (re)surgida a finales del siglo XI, gracias a un puente con barandillas de hierro que hacía más llevadero el cruce del río Sil por parte de los peregrinos. Será hacia el último cuarto del siglo XII, allá por el año 1178, cuando los templarios, el brazo armado y negociante de la Orden del Cister, sienten sus reales en forma de castillo con el propósito de defender este tramo del camino a Compostela. Y así, la ciudad se apiña bajo la sombra del castillo que los monjes guerreros levantan dominando todo el valle. A eso se le llama visión estratégica y lo demás son puñetas.
Burgo floreciente desde entonces, al ser un paso natural ente los páramos leoneses en cuya mitad noroccidental albergan los Montes de León, con el Manzanal a Levante y el pico del Teleno a Poniente. Y un valle que ya conocían los romanos. Conocían y explotaban, porque, a una treintena larga de kilómetros, se encuentran Las Médulas y sus agotadas minas de oro. Encima, a finales del siglo IV, en todo el Bierzo se asientan comunidades monásticas. Sólo faltaba que en el siglo IX se produjese el descubrimiento/invención de la tumba del apóstol Santiago en Compostela como para asegurar la secular prosperidad de la comarca. Los maravedises son los maravedises, que diría fray Guillem de Montsacalm, un templario catalán que anduvo por estos pagos en el siglo XIII, recaudando tributos, diezmos y gabelas –algo así como el cobro de la protección mafiosa pero a lo militarmente divino—a siervos y pecheros.
Zona hortofrutícola, viñedos nobles y explotación, minería del carbón, saltos hidroeléctricos, ganadería de montaña, esas son las credenciales de lo que algunos consideran la quinta provincia gallega: el Bierzo. Bilingüe, con el ojo sentimental puesto en Galicia y la mano tendida a la subvención de Castilla y León.
Las edades del hombre
Desde el pasado mes de mayo y hasta finales de noviembre, la ciudad alberga una nueva edición de la muestra de "Las edades del hombre", organizada por la fundación del mismo nombre, creada por las diócesis castellano leonesas. La oportunidad de ver, en un único lugar y un período relativamente largo, toda una serie de piezas de arte sacro, habitualmente dispersas por catedrales, monasterios, conventos, iglesias y ermitas de Castilla y León.
La muestra que se exhibe en Ponferrada tiene el título de "Yo, camino", y se alberga en la Basílica de la Encina y en la iglesia de San Andrés, al pie del castillo templario. Para guiar los capítulos de esta muestra la Fundación quiere servirse de un texto evangélico muy conocido, la narración de San Lucas sobre los discípulos de Emaús. Este relato evangélico es un progresivo descubrimiento del Resucitado y del sentido de la vida. [Aquí el cronista se transmuta en repelente erudito, doblado de pedante, y añade que este pasaje del Evangelio de Lucas ha dado origen a uno de los himnos más bellos que comparten las Iglesias Católica y Anglicana: "Quédate con nosotros, Señor, que anochece..."]
Camino, desaliento, presencia del desconocido, diálogo personal, temas sobre Cristo y las Escrituras, descubrimiento ulterior, vuelta a Jerusalén, comunicación de la experiencia. Todo ello es un resumen de teología narrativa, de renovación y aire fresco. A la vez es el Camino de Santiago, itinerario cultural europeo, Patrimonio de la Humanidad, que recorremos de forma virtual en uno de los capítulos de la exposición. El final de la misma es un encuentro eclesial que sirve de pauta para el camino de la vida. Todo ello servido a través de manifestaciones artísticas de una rara belleza. Como para no perdérsela.
O sea, que el cronista instala sus reales en Ponferrada, dispuesto como siempre a, una vez alimentado el espíritu, darse unos cuantos gustazos corporales, en forma de piensos y de riegos. Que el Bierzo goza de bien merecida fama gastronómica, eso sí si hacemos abstracción de su fallido empeño en la elaboración de empanadas (no las hacen, las perpetran) y de su amenazante botillo (sorry, Louis of the Elm) que debería figurar en el catálogo de armas prohibidas por las Naciones Unidas. De todo lo demás hay mucho y bueno.
Aparquemos la manta cabe la carretera. Gocemos de la ciudad y de su comarca. Ars longa, vita brevis. Ya sabe el lector, lo de los días y de las longanizas. Mañana más. Será la verdad y nada más que la verdad, aunque no toda la verdad.
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Publicado por VRF para MI PUEBLO - Ponferrada el 8/07/2007 11:54:00 PM