Una empresa gallega realiza la prueba del detector de mentiras en casa de los clientes para resolver dudas sobre infidelidades, rumores o problemas familiares.
AA la pregunta de si ha sido infiel a su pareja, contestó que no y el polígrafo determina... que miente". La popular frase de los programas de televisión ya puede plantearse a nivel doméstico en Galicia ya que, desde mayo, una empresa realiza la prueba del detector de mentiras a domicilio. Por el momento, la mayoría de sus clientes intentan resolver dudas sobre infidelidades o rumores entre el vecindario. Sin embargo, los responsables de la máquina no descartan que alguna empresa use sus servicios para la elección de personal. Los resultados no tienen validez legal en España pero hay estudios que les otorgan un 96% de fiabilidad.
El programa "La máquina de la verdad" sentó las bases en la década de los 90 y desde entonces, decenas de famosos de toda índole se han sometido al detector de mentiras en público para intentar defender sus afirmaciones. Ahora, la máquina de la verdad ya no es sólo cosa de platós y desde el pasado mes de mayo, cualquier gallego puede someterse a este tipo de pruebas gracias a los servicios de la empresa Polígrafo Galicia. Su sede está en Ourense pero ofrece la posibilidad de llevar el polígrafo a domicilio por 500 euros más gastos de desplazamiento.
Los problemas con la pareja o las sospechas de infidelidad conforman el grueso de la demanda que tienen este tipo de empresas. "La mayor parte de los clientes solicitan nuestros servicios por celos o desconfianza, quieren saber si su pareja realmente les está engañando", señala Rosa María Blanco, responsable de Polígrafo Galicia. Pero no es la única temática. En sus seis meses de vida, esta empresa gallega también ha resuelto varios rumores entre vecinos de una misma localidad. "En los pueblos pequeños es frecuente que surjan comentarios de lo que uno ha hecho o deja de hacer. Hemos tenido varios casos en los que la persona afectada es la más interesada en venir para demostrar su inocencia", resalta Blanco.
Más allá del Bierzo, la propietaria de Polígrafo Galicia confiesa que, a lo largo de su carrera como poligrafista, ha tenido como clientes a empresas que someten al detector de mentiras a sus empleados o padres que quieren controlar las acciones de sus hijos. Sin embargo, todavía ningún gallego se ha sometido a la prueba por estos motivos. "Tampoco abarcamos, ni queremos, temas de gran trascendencia como podría ser el narcotráfico", añade Blanco.
La máquina de la verdad no entiende de sexo ni edad. Por el polígrafo a domicilio "han pasado desde jóvenes de 30 años hasta un matrimonio de 70 años", señala la responsable de Polígrafo Galicia. Todos deben firman un documento en el que dan su consentimiento para someterse al detector y en el caso de los menores, deberán acreditar una autorización de los padres.
La clave del polígrafo radica en los supuestos cambios fisiológicos que una persona sufre cuando está mintiendo. A través de varios sensores, la máquina mide la frecuencia cardíaca, la respiración torácica y abdominal, los cambios de transpiración y las señales eléctricas que emite el cuerpo del individuo. Para pillar al mentiroso, el área de la poligrafía se basa en que cada estado emocional presenta un espectro psicofisiológico concreto. Cuando alguno de estos parámetros se sale de lo normal, el aparato determina que esa persona no dice la verdad.
Varias fases
Cualquier telespectador conoce la mecánica a seguir para someterse al detector de mentiras en público pero lejos del show televisivo, el polígrafo esconde varias fases hasta llegar al momento en que el presentador formula las preguntas. "La persona que se somete a la prueba debe conocer las preguntas de antemano, nada es una sorpresa como nos quieren hacer creer en los programas de televisión", señala Rosa María, quien añade: "Más que beneficiarnos, este tipo de programas nos ha perjudicado porque quitan seriedad a la profesión".
Antes de someterse al detector de mentiras, el afectado y el demandante mantienen un entrevista con el equipo de poligrafistas. "Durante más de una hora, oímos las dos versiones de la historia para saber qué es exactamente lo que desean saber y, así, poder elaborar las preguntas más adecuadas", aclara Blanco. Una vez realizado el cuestionario, se le muestra al cliente para que conozca las preguntas y firme el consentimiento de la prueba.
Tras estos preparativos, llega el momento de la verdad. Los poligrafistas colocan todos los sensores al cliente y "en un ambiente muy relajado", se le realizan las preguntas "a las que sólo se puede contestar sí o no". El cuestionario se repite tres veces "para confirmar los resultados y porque la primera vez, la gente suele estar muy nerviosa", señalan desde Polígrafo Galicia.
Los resultados tardan entre dos y tres días y están avalados por la Asociación Americana de Poligrafía. Rosa María Blanco resalta que varios estudios internacionales demuestran que la llamada máquina de la verdad tiene una fiabilidad "de casi el 96%". Sin embargo, esta prueba no tiene todavía validez legal en España. "Un juez puede valorarla al igual que una llamada de móvil pero no es una prueba como tal", señala Rosa María Blanco. Los clientes españoles deben conformarse, de momento, con intentar resolver sus dudas.
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Publicado por Vredondof para CAJON el 12/29/2007 08:45:00 PM