@Esteban Hernández - 27/06/2007
El gran problema de la derecha española es que tiene tendencia a esconder el ala, a no defender sus principios con valentía. Y se percibe especialmente, argumenta Pío Moa, que acaba de publicar La quiebra de la historia progresista en Ediciones Encuentro, cuando salen a colación asuntos del pasado. Así, la derecha ha bajado la cabeza y ha aceptado la versión izquierdista de nuestra historia reciente, como si estuvieran escondiendo algo inconfesable. "En general, la izquierda ha estado a la ofensiva atribuyéndose espuriamente la bandera de la democracia. La derecha española ha sido siempre incapaz de clarificar teórica y políticamente la cuestión, de ahí su tendencia a la claudicación". Un factor añadido fue, según Moa, "la presión internacional: la versión según la cual el Frente Popular representaba a la democracia, algo absolutamente imposible, es la que se ha divulgado en Europa y EEUU, y por tanto la derecha española se ha encontrado con que tenía que disimular permanentemente su origen. Han faltado teóricos y políticos de fuste".
Enfrente, tenemos una izquierda española que tiene una forma prototípica de actuación. Para Pío Moa, "el PSOE falsea todo, es la corrupción sistemática, a partir de su corrupción intelectual. Hasta la transición fue un partido marxista, es decir, antidemocrático, agravado porque jamás tuvo un teórico o pensador de alguna enjundia en su propia doctrina (Araquistáin es muy mediocre). Abandonó el marxismo sin abandonarlo, porque lo hizo sin el menor análisis de esa doctrina ni de sus consecuencias en el propio PSOE (le llevó a organizar la guerra civil en 1934 y la ruina de la legalidad republicana entre febrero y julio de 1936, entre tantas otras cosas). Mantuvo la sandez de la "metodología marxista", y nunca llenó el vacío ideológico con nada coherente, salvo unas ansias infinitas de poder y dinero público". Las consecuencias políticas, según el autor de Los orígenes de la guerra civil española fueron que "el PSOE se convirtió en el mayor peligro para nuestra democracia desde que obtuvo el poder en 1982 e inició la campaña contra Montesquieu, montando el asunto Rumasa y la corrupción en gran escala".
Pero si el partido socialista estuviera falseando sistemáticamente la realidad, como le atribuye Moa, tampoco podría decirse que obtenga una rentabilidad elevada, a tenor de los resultados de las últimas elecciones municipales. Y si bien es cierto que en las proyecciones sobre las generales todavía están por encima de los populares, tampoco su distancia es grande. Para Moa, eso es porque "en las elecciones la cuestión de la historia no ha jugado un papel importante. Ha sido más bien la colaboración del gobierno con la ETA. Ahora bien, detrás de esa colaboración y otros muchos ataques a la democracia existe un trasfondo histórico falseado pero que sigue beneficiando al PSOE a través de innumerables tópicos". Uno de ellos, quizá el más llamativo, según Moa, es que "la derecha sería la heredera de quienes destruyeron la democracia en 1936 y el PSOE el heredero de la república democrática. Este tópico, muy metido en la mentalidad popular debido a la incapacidad de la derecha para rebatirlo, hace que mucha gente pase por encima de la corrupción, de las complicidades con la ETA, etc., porque mantiene una básica desconfianza hacia una derecha de historia tan "espeluznante", y que podría volver a las andadas. Ha sido una gran jugada de la izquierda, con la colaboración de la inhibición y sumisión de los conservadores".
Una derecha tan sumisa tendría, pues, muchas dificultades para convertirse en alternativa de gobierno. Y hasta que no exhiba "principios claros", en opinión de Moa, no podrá alcanzar ese objetivo. "El PP es hoy, como dicen los cursis, un conjunto de "sensibilidades" que se neutralizan entre sí, predominando en él los meros profesionales de la política, pendientes solamente de su carrera, sin una verdadera atención a los problemas del país". La solución por la que más rápidamente se alcanzaría una vida social apaciguada, según Moa, parece de difícil realización: "mi opinión es que España sólo logrará normalizarse cuando se hunda el PSOE y la derecha se divida en dos partidos, uno más conservador y otro más de izquierda, pero sin la rémora de las demagogias y sumisiones actuales".
Aunque estos asuntos sean el camino de llegada de su último libro, lo cierto es que éste apenas los aborda, más pendiente de argumentar contra las refutaciones que le han dedicado diferentes historiadores. Incluso el politólogo Alberto Reig Tapia llegó a publicar un libro de título explícito -Anti Moa, editado en Ed. B -, donde arremetía contra el revisionismo en las personas del ya citado, de Jiménez Losantos, César Vidal y Ricardo de la Cierva. ¿Cuál es el motivo principal, en opinión de Moa, de que sus textos hayan levantado tanta polémica? "El debate es muy necesario, pero el modo de debatir de estos presuntos intelectuales ha sido más bien la exigencia de censura, el infundio personal y la pretensión asombrosa de que ellos son historiadores "profesionales" y yo no lo soy porque ellos no me dieron "el título". No existe el "título" de historiador. Un licenciado en historia no es un historiador, como un licenciado en filosofía no es un filósofo y un licenciado en filología no es un novelista. Ha sido una experiencia muy triste, porque revela el ínfimo nivel al que han llegado la historiografía y la universidad españolas". Aunque eso sí, Moa no piensa que en esos ataques"que se haya ofrecido refutación alguna de mis tesis".
Sorprenden también las muchas referencias a los orígenes y creencias marxistas que atribuye a sus críticos en La quiebra de la historia progresista, cuando parece que el marxismo, si no ha desaparecido, está muy cerca de ello. ¿O es que continúa operativo? En opinión de Moa, "sigue vivo, por supuesto, sin confesar su nombre. No sólo en la historiografía, también en la sociología y en otras ciencias humanas son muy frecuentes los enfoques marxistas, un marxismo diluido y degradado, desde luego. Pasa como con la renuncia del PSOE al marxismo: no ha sido sustituido por otra doctrina coherente, y sigue ahí, en forma de tópicos, de ideas que apenas se expresan pero se dan por supuestas. Incluso entre personas oficialmente nada marxistas, como Beevor".
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Publicado por VRF para quitate tu que me pongo yo el 6/27/2007 11:21:00 PM